El Taekwondo no es solo un deporte; es una disciplina de cuerpo y mente. A través de la práctica, te conectarás con una tradición milenaria que te enseñará el valor de la perseverancia y la humildad.
En nuestra escuela, nos comprometemos a guiarte en cada paso de tu viaje. Desde la primera patada hasta la maestría, te ayudaremos a fortalecer tu cuerpo, agudizar tu mente y cultivar el espíritu del guerrero.
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El Taekwondo, más que un deporte de combate, es un arte marcial que se fundamenta en una profunda filosofía y un conjunto de valores morales que buscan el desarrollo integral de la persona. Estos principios éticos, conocidos como los cinco principios del Taekwondo, son el corazón de su práctica y se aplican tanto dentro como fuera del dojang (lugar de entrenamiento).
Los valores principales del Taekwondo son:
Va más allá de los buenos modales. Se trata de mostrar respeto por los demás, ya sean instructores, compañeros, oponentes, y por uno mismo. Fomenta la armonía social, la humildad y la consideración hacia los demás.
Implica ser honesto y tener un fuerte sentido de lo que es correcto y justo. Un practicante de Taekwondo con integridad es capaz de diferenciar entre el bien y el mal, reconocer sus errores y actuar con ética en todas las situaciones, sin importar las consecuencias.
Inculca una actitud de no rendirse ante la adversidad. Un practicante con espíritu indomable se enfrenta a las injusticias y a los obstáculos sin miedo ni duda, con seriedad, justicia, modestia y honestidad.
Es la clave del éxito. En el Taekwondo, como en la vida, el camino está lleno de desafíos y obstáculos. La perseverancia enseña a no rendirse ante las dificultades, a esforzarse constantemente y a tener la paciencia y la determinación necesarias para alcanzar los objetivos.
Es uno de los valores más importantes. Se refiere a la capacidad de controlar las emociones y las acciones, tanto en el combate como en la vida diaria. El autocontrol permite mantener la calma bajo presión, actuar con responsabilidad y moderación, y «vencerse a sí mismo», que es considerada la batalla más difícil.